“The day she graduated as a theater designer, Carolina Rozas received an unusual gift: the ability to turn herself into a white furry stoat. Thanks to her size and small, thin legs, she could spend entire nights weaving the thickest wigs and beards available on the national stage, one hair at a time.
When she was weaving, she forgot all about the world. Instead, she would trap her ideas as they fell between the net and the hair with a unique delicacy, giving them shape. Thus, her hairpieces became increasingly coveted among the most renowned theaters in the world.
But the high volume of orders took its toll. She worked full days as a stoat, and it became harder and harder for her to become human again. Sadly, her workshop was a constant menace for her petite body, as it was overflowing with sharp tools.
Such was her bad luck that, late one work night, a single lowly pair of misplaced scissors slipped off the workbench and pierced her body, staining her beautiful fur crimson red.
Her works were rescued to be exhibited in a museum that bore her name, and from her body hair, they fashioned a huge crimson mustache, the most coveted mustache in the world.”
“El día en que se graduó de diseñadora teatral, Carolina Rozas recibió un don poco usual: la habilidad para convertirse en un peludo armiño blanco. Gracias a su tamaño y a sus pequeñas y finas patitas, se quedaba noches enteras tejiendo, pelo por pelo, las pelucas y barbas más tupidas de la escena nacional.
Tejiendo se olvidaba del mundo. Atrapaba sus ideas entre la red y los cabellos con una delicadeza única y les iba dando forma. Así, su posticería se fue volviendo cada vez más codiciada entre los teatros más renombrados del mundo.
La alta cantidad de pedidos le pasó la cuenta. Trabajaba jornadas completas convertida en armiño y volverse humana le era cada vez más difícil. Tristemente, para su pequeño cuerpo, su taller era un peligro constante, pues rebosaba de herramientas afiladas.
Tanta fue su mala suerte que, una noche de trabajo, una humilde tijera fuera de lugar resbaló del mesón y atravesó su cuerpo, tiñendo su hermoso pelaje de un rojo carmesí.
Sus trabajos fueron rescatados para ser exhibidos en un museo con su nombre; y del pelo de su cuerpo se fabricó un enorme bigote carmesí, el bigote más codiciado del mundo.”
Carolina Rozas was a stage designer graduate from the Theater Department of the University of Chile who developed most of her work at the Teatro Municipal de Santiago between 2002 and 2019. She began as an assistant to Alicia Coronado, where she excelled for her impressive creativity and plastic handling, which led to a formal position the following year and culminated in her duties as Characterization Manager in national and international operas and ballets.
She considered herself to be of slow and lengthy processes, yet she was very excited by the possibility of her work always commencing from a blank sheet of paper. In her sixteen years at the Teatro Municipal de Santiago, she specialized in the design and production of theatrical props; mainly wigs and prosthetic mustaches, beards and eyebrows; essential elements for opera and ballet.
At the same time, she also loved working in fantasy, characterization and theatrical hairdressing, as she liked to experiment with different materials for her wigs. The magic of theater, she stated, lay in the fiction she could create. In addition to theater, opera and ballet, she also worked in film and television, creating wigs and hairpieces for series such as "Inés del Alma mía" and "El Conde", where she displayed a sophisticated level of technique and detail in her craft.
Carolina Rozas was one of the only specialists in theatrical hairpieces in Chile.
Carolina Rozas fue una diseñadora escénica -egresada del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile- que desarrolló gran parte de su trabajo en el Teatro Municipal de Santiago entre los años 2002 y 2019. Comenzó como asistente de Alicia Coronado, donde destacó por su gran creatividad y manejo plástico, algo que le significó la contratación al año siguiente y culminó en sus funciones como Encargada de Caracterización en óperas y ballets nacionales e internacionales.
Se consideraba a sí misma alguien de procesos lentos y largos, sin embargo le emocionaba mucho la posibilidad que tenía su trabajo de comenzar siempre desde una hoja en blanco. En sus dieciséis años el Teatro Municipal de Santiago, se especializó en el diseño y realización de posticería teatral, principalmente pelucas y prótesis de bigotes, barbas y cejas; elementos esenciales para la ópera y el ballet.
Por otro lado, también le encantaba el trabajo en fantasía, caracterización y peluquería teatral, ya que le gustaba experimentar con los materiales para la realización de sus pelucas. La magia del teatro, para ella, estaba en la ficción que podía crear. Además del teatro, la ópera y el ballet, también se desempeñó en cine y televisión, trabajando en la creación de pelucas y posticerías en series como “Inés del Alma mía” y “El Conde”, donde lucía un alto nivel técnico y de detalle en su oficio.
Carolina Rozas fue una de las únicas especialistas en posticería teatral en Chile.